Una lucha contra lo cotidiano

 

Antes de empezar este artículo me gustaría aclarar que respeto muchísimo el trabajo de mis compañeras. En ningún caso estas palabras son una crítica hacia ellas o su trabajo, si no a las circunstancias que las rodean y de las que forman parte. 

Este texto pretende ser una invitación a la reflexión y el debate.

Hace un par de meses, con motivo de las charlas que hubo en La Central, sobre cómic y feminismos, Elisa G.McCausland y yo fuimos invitadas por Mireia Pérez a hablar sobre herstory. La mesa estuvo muy interesante. Se plantearon muchas dudas sobre la historia del cómic y su constante su olvido de las autoras.

Hablando sobre esto, llegamos al humor gráfico. Era obvio. Vivimos en un momento de explosión autoral femenina y muchas de ellas son humoristas gráficas. En ese debate me planteé por primera vez, y así lo expresé entre las presentes, si esa explosión no sería una nueva forma de programación de género.

Me explico. 

En España, tras la guerra civil el cómic se divide por géneros. Es lo que de forma habitual llamamos "cómics de chicos" o "cómics de chicas". En esa línea impositiva, las editoriales acabaron seleccionando a mujeres para dibujar historietas para mujeres. En términos feministas es lo que se conoce por "programación de género". Se transmite a las nuevas generaciones las diferencias de comportamiento y costumbres de las que debe formar parte para ser un miembro correcto y "adecuado" para la sociedad. 

Bajo este idea, pensé que quizás en el mundo de la ilustración y el cómic ocurre un poco lo mismo. Estamos alimentadas por absurdos estereotipos como que "las mujeres dibujamos diferentes" o "tenemos una sensibilidad distinta". 

¿Y si de alguna manera, nos hemos dejado llevar por lo que la sociedad espera de nosotras? 

Por eso creo que hay una nueva programación de género. No hay más que verlo en el número de autoras que hablan, desde el humor, de temas "femeninos". 

El humor gráfico femenino, habla de "lo cotidiano". Mientras que el humor gráfico "masculino", habla de "la actualidad". 

Y en esa programación también me atrevería a incluir el estilo, que tiende a cierta homogeneización. De líneas suaves y colores pasteles que tienden a reforzar esa idea de "lo femenino" que a muchas de nosotras nos repele.

¿Cuántas humoristas gráficas hablan de algo que no sea autobiográfico o semi-autobiográfico? 

Este terreno ha sido ampliamente explorado por muchas autoras, incluyéndome a mí misma.

¿No estamos incurriendo en un error alimentando esa nueva programación de género que se asocia a hablar sobre un determinado tipo de temas y con un determinado estilo a las mujeres?

¿No sería mejor, como autoras, apropiarnos de la actualidad o explorar el humor de forma distinta?

Creo que mis compañeras han conseguido muchísimo: visibilización, popularidad, poder vivir de forma más o menos rentable del cómic. Eso ya es todo un éxito. Y se merecen todo mi respeto y felicitaciones. Pero hay que ir más allá. Creo que el siguiente paso es tomar esa posición ventajosa y ayudar a cambiar las cosas.